martes, 30 de agosto de 2011

NIDO FAMILIAR (1979)


Nido Okupa

Nido familiar es el primer largometraje realizado por director húngaro Béla Tarr. Un film con un presupuesto mínimo y actores no profesionales para darle mayor verismo a la historia que nos quiere contar. Su propuesta amateur entronca con la temática realista de aquellos directores de lo años 60 y 70 en los países comunistas de la Europa del Este.

Béla Tar consigue introducirnos en las vicisitudes de una familia húngara con una cercanía que nos agobia, y lo hace gracias a su forma de rodar: cámara en mano, improvisación por parte de los personajes, primeros planos, apariencia realista de falso documental…

Este drama familiar nos incomoda ya que nos introduce en esas cuatro paredes que nos oprimen, donde esta familia expone sus problemas individuales sin ningún pudor. Personajes desagradables pero que son reconocibles al comprobar que en la vida real hay personas de semejante ralea: el padre, machista hasta la médula, es un personaje despreciable y Béla Tarr lo muestra como es, ser miserable donde los haya.

Pero el film es una crítica al sistema socialista, con una burocracia que impide a las personas tener una vivienda digna. Sistema desalmado y que fractura las relaciones humanas y familiares, donde los individuos no pueden desarrollarse como personas ni aspirar a lograr sus más íntimos deseos. El Estado impone su autoridad de forma perversa representado en el film en la figura del padre con su carácter despótico, y en los personajes masculinos con una absoluta falta de personalidad y madurez.

El director consigue acercarnos a este “Nido Okupa” donde las tensiones se muestran en toda su intensidad. Película que está lejos de los film posteriores del autor, más metafísicos. No da concesiones al espectador por eso no es un film fácil de ver, pero es necesario su visionado ya nos introduce en una realidad socio-política que era desconocida en aquellos años para los ciudadanos de otros países que no vivían tras el Telón de Acero.

¿Hay esperanza en la historia que se nos cuenta?, ¿continuará todo igual?. La verdad es que la tristeza de la reflexiones finales de estos pobres seres superados por las circunstancias nos conmueven y nos dan una clara respuesta.



LA CONDENA (1988)


BELA TARR, UN FILÓSOFO TRAS LA CÁMARA

Según el director “después del Antiguo Testamento no hay historias nuevas (…) por lo tanto, el argumento es sólo una parte de la película junto a otros elementos como el tempo, el ritmo, los sonidos, la música (…) la gran cuestión es cómo se plasma la historia”. Las películas de Bela Tarr tienen mucha enjundia y es un interesante ejercicio profundizar en el microcosmos de estas almas errante. Hay que ir más allá de los fascinantes planos secuencia (a veces asocio las películas de este director a los cuadros del pintor Chirico; sobre todo evoco su período metafísico con imágenes y atmósferas desoladoras y las asimilo a las escenas minimalistas y oníricas de las películas de B. Tarr). Sí, se ha escrito mucho sobre su puesta en escena en todas su películas, sus planos secuencia, su luz y su contraluz, el tiempo y el espacio, su sentido marcadamente narrativo, etc.... Todo ello sirve a un fin, crear esa melancolía que se aprecia en el film pero sin caer en contenidos simbólicos (para Bela Tarr "sólo se puede registrar las cosas reales").

"La condena", al igual que sus realizaciones posteriores, profundiza claramente en la condición humana. En esta historia nos muestra a un personaje solitario, taciturno y de alma plomiza como el cielo que aparece en al película. Y ahí reside el mundo del director Húngaro: fascinado por la forma estética pero mostrándonos unos seres que cargan una culpa por el simple hecho de ser humanos; infinita tristeza en un mundo sin sentido. Todo ello contado con una belleza estilizada y arrebatadora donde la música, las condiciones climáticas, el sonido, hasta los hieráticos edificios, nos transmiten el estado de ánimo de cada personaje.

El fluir de la existencia, los amores no correspondidos, los anhelos, los fracasos vitales marca todo el film; para muestra un botón: “Créeme, no hay nada como encontrarse mutuamente cuando hay música que reconforta el corazón. Dos manos que se cogen, un pie siente donde pisará el otro. Y le sigue, sin importar dónde le guíe el otro. Porque se cree que cada giro y vaivén será como volar a partir de ahora. Quién sabe. Quizá es volar.”

¿No es el deseo de todos nosotros por lo menos una vez en la vida?


LA INFANCIA DE IVAN (1962)

LOS NIÑOS DE LA GUERRA

Los niños rusos, ucranianos y bielorrusos sufrieron en toda su intensidad la política de guerra quemada durante la II Guerra Mundial. Conflicto que fue especialmente cruento en el frente oriental donde se enfrentaban dos concepciones antagónicas pero que no dejaban de ser dos caras de una misma moneda; la falta de libertad del ser humano sujeto a los rigores de estados autoritarios. Niños con una infancia destrozada debido a la sin razón y la barbarie. La tímida apertura del régimen soviético a finales de los años 50 y principios de los 60 permitió plantear sucesos que había ocurrido durante la guerra, como la utilización de niños con fines militares..

Estos acontecimientos y el cuento "Iván" de Vladimir Bogomolov son la base para la primera película de Andrey Tarkovski. Muestra sabiamente el cambio que se produce en los ojos de un niño al perder su inocencia frente a la muerte y destrucción que cercenó la infancia del joven Iván. La película expone dos realidades contrapuestas: la visiones oníricas y poéticas de gran belleza visual a través de las ensoñaciones y recuerdos de Iván; la cruda realidad de la guerra que le obligará a madurar y que marcaran su destino trágico.

Porque Iván exterioriza su sufrimiento mostrando una gran tensión emocional. Según Tarkovski: “De hecho todos aquellos atributos de la niñez se habían ido irrecuperablemente de su vida, y lo único que, como un regalo didáctico de la guerra, había adquirido en lugar de lo que le habría pertenecido, se había concentrado y tensado en él hasta el extremo”. Por que esa infancia mutilada hace que estos niños lleguen a ser hombres sin haber sido niños y de ahí la dureza expresiva del rostro de Iván.

Las características que aparecerán en posteriores trabajos ya se aprecian en este film: el agua como elemento espiritual de ser humano, la naturaleza y su fuerza vital, las reflexiones sobre la vida, la realidad y los sueños.

Y Trakosky esculpe el tiempo con imágenes que retenemos en la memoria: el beso entre los abedules congelado en el tiempo es prodigioso y no se necesita decir más, pura emoción. Tarkovsky asegura: “En el cine no hay que explicar nada, sino remover directamente los sentimientos del espectador. Cuando la emoción se despierta, arrastra consigo a los pensamientos. En eso tenemos que aprender mucho de la poesía que, con muy pocas palabras, transmite una gran riqueza de contenidos emocionales.”

Película antibelicista y de gran belleza formal que nos recuerda otros conflictos no muy lejanos donde los niños dejan de serlo sin explicarles el por qué.



LILITH (1964)


LILITH, LA SOMBRA DE EVA

Lilith, según el mito, apareció al mismo tiempo que Adán de las manos del Creador. Es una criatura espontánea y libre de fascinante belleza que simbólicamente está unido a la Gran Madre de las civilizaciones antiguas, sobre todo en su aspecto oscuro. También aparece como figura legendaria del folclore judío de origen mesopotámico. Se la considera la primera esposa de Adán anterior a Eva.

Lilith es un arquetipo típico de lo femenino: independencia, autonomía, autopertenencia, la vinculación con el propio ser y el propio deseo. Estas características pueden estar en determinadas mujeres reprimidas y ocultas en su interior, pero que actúan desde las propias profundidades de su psique.

El personaje de Lilth reúne todas estas características simbólicas, y R. Rossen sabe plasmarlo en un film brillante; un manual sobre las pulsiones interiores y oscuras del ser humano (destrucción y autodestrucción).

Un Robert Rossen crepuscular pero con una agilidad narrativa que recuerda a los maestros del cien mudo en algunas de las secuencias más poéticas y evocadoras del film. Película que sugiere, que nos insinúa y nos inquieta, igual que esa naturaleza en la que está localizado el sanatorio mental: serenidad y calma, pero que en cualquier momento las pasiones soterradas y los conflictos interiores pueden desembocar en un torrente; igual que el río sosegado pero que agita sus aguas con furia conforme cambia su curso, como se puede apreciar en una serie de secuencia que aparecen en el film.

Rossen muestra su maestría como la de un artesano: cercanía en primeros planos, contrapicados y encuadres (no se necesitan palabras para introducirnos en el alma de estos seres tan complejos); todo encaja con la precisión de un reloj suizo.

Película perturbadora donde los personajes muestran en sus acciones el deseo y la culpa. Testamento de un director aquejado por el dolor físico y moral en su última etapa de su vida y marcado por la triste experiencia de la caza de brujas.

Robert Rossen es un transgresor de la moralidad de aquellos convulsos años, un rotundo “no” a lo políticamente correcto, un estudio de la sociedad y el individuo, una reflexión sobre los límites que separan lo que se acepta como normal en constante dicotomía con lo que es considerado anormal.


Shutter Island (2010)


LA PARANOIA DE SCORSESE

Contar una historia que enganche al espectador desde principio a fin es complicado, y más en los tiempos que correr donde los guiones son mediocres y la puesta en escena de muchas películas irrisorias, si bien el talento de algunos directores es evidente; “el que tuvo retuvo”. Si ir más lejos, esta aproximación al thriller psicológico con dosis de terror paranoico ya fue realizado con menos fortuna (aunque sí intentando sorprender al espectador de una forma un tanto engañosa) en el film “Una mente maravillosa” de Ron Howard; la maestría y el saber hacer de Scorsese hace que este film sea más interesante, pero ni mucho menos lo mejor de este director.

“Shutter Island” es una película inquietante que no te deja indiferente y te genera una sensación de desasosiego, con cierto artificio visual remarcando las escenas con una música desapacible por momentos. Scorsese conoce el oficio y formalmente realiza una puesta en escena excepcional. El espectador está sólo en esta historia, encajando las piezas; pero el puzzle es evidente desde el principio de la película. Scorsese no es un principiante y sabe dejar un poso extraño en nosotros cuando se termina el visionado de la película: la paranoia kafkiana que se genera en la historia; los estudios y experimentos psiquiátricos de aquellos años; la presencia de una época histórica concreta (recién terminada la II Guerra Mundial con sus atrocidades y la posterior esquizofrenia de la Guerra Fría durante la presidencia de Eisenhower; recordemos “El guardián entre el centeno”(The Catcher in the Rye) novela de Jerome David Salinger).

Pero es evidente que aunque su director nos intente sorprende, es un tema muy trillado como para cautivar al espectador. Algunas escenas podrían caer en el simple videoclip pero puedo decir que son las que más me han cautivado: Di Caprio con su mujer deshaciéndose en cenizas con la bella melodía de compositor escocés Max Richter creo que es de las que se retienen en la retina
El nivel interpretativo de Di Caprio, en mi opinión, es la mejor baza que tiene este film. Actor que ha progresado de forma meteórica gracias al buen hacer de los directores con los que ha trabajado, y que han sabido extraer su vena dramática y atormentada en papeles de gran veracidad.

¿Entretenida?, posiblemente, siempre que no olvidemos que estamos en una historia oscura y enfermiza.