Me gusta desarrollar mi conciencia
para comprender
por qué estoy vivo
qué es mi cuerpo
y qué debo hacer para cooperar con los designios del universo
No me gusta la gente que acumula datos inútiles
y se crea conductas postizas plagiadas de personalidades importantes
Me gusta respetar a los otros
no por las desviaciones narcisistas de su personalidad
sino por su desarrollo interno
No me gusta la gente
cuya mente no sabe descansar en silencio
cuyo corazón critica a los otros sin cesar
cuyo sexo vive insatisfecho
cuyo cuerpo se intoxica sin saber agradecer estar vivo
Cada segundo de vida es un regalo sublime
Me gusta envejecer
porque el tiempo disuelve lo superfluo
y conserva lo esencial
No me gusta la gente
que por amarras infantiles a mentiras
las convierte en supersticiones
No me gusta que haya un papa
que predica sin compartir su alma
con una papisa
No me gusta que la religión
esté en manos de hombres
que desprecian a las mujeres
Me gusta colaborar
y no competir
Me gusta descubrir
en cada ser
esa joya eterna
que podríamos llamar
DIOS INTERIOR
No me gusta el arte
que diviniza el ombligo de quien lo practica
Me gusta el arte que sirve para sanar
No me gustan los tontos graves
Me gusta todo aquello que provoca la risa
Me gusta enfrentar,
voluntariamente,
mi sufrimiento
con el objeto de expandir
mi conciencia
para comprender
por qué estoy vivo
qué es mi cuerpo
y qué debo hacer para cooperar con los designios del universo
No me gusta la gente que acumula datos inútiles
y se crea conductas postizas plagiadas de personalidades importantes
Me gusta respetar a los otros
no por las desviaciones narcisistas de su personalidad
sino por su desarrollo interno
No me gusta la gente
cuya mente no sabe descansar en silencio
cuyo corazón critica a los otros sin cesar
cuyo sexo vive insatisfecho
cuyo cuerpo se intoxica sin saber agradecer estar vivo
Cada segundo de vida es un regalo sublime
Me gusta envejecer
porque el tiempo disuelve lo superfluo
y conserva lo esencial
No me gusta la gente
que por amarras infantiles a mentiras
las convierte en supersticiones
No me gusta que haya un papa
que predica sin compartir su alma
con una papisa
No me gusta que la religión
esté en manos de hombres
que desprecian a las mujeres
Me gusta colaborar
y no competir
Me gusta descubrir
en cada ser
esa joya eterna
que podríamos llamar
DIOS INTERIOR
No me gusta el arte
que diviniza el ombligo de quien lo practica
Me gusta el arte que sirve para sanar
No me gustan los tontos graves
Me gusta todo aquello que provoca la risa
Me gusta enfrentar,
voluntariamente,
mi sufrimiento
con el objeto de expandir
mi conciencia
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