sábado, 23 de mayo de 2009

Monte Saint-Michel: un lugar mágico


Sorprendidos, desde su mirador, asistimos maravillados a la subida de la marea. Absortos, vemos como en pocos minutos el mar se adentra en la tierra, inundándola; como el agua se desliza cubriendo unas “playas” embarradas y cómo centímetro a centímetro la fuerza poderosa del mar se acerca hasta los mismos pies del monte sobre el que se levanta majestuosa la Abadía de San Miguel. Nuestra mirada se pierde en aquel mar atlántico, que en breves minutos ha convertido un inmenso llano de color marrón, en un azul intenso y profundo.

El Monte Saint-Michel es una comuna francesa del departamento de la Mancha en la región de Baja Normandía. Situado sobre un promontorio rocoso en el estuario del río Couesnon, debe su nombre a la abadía consagrada al culto del arcángel Saint Michel (San Miguel) y cuyo nombre en latín durante la Edad Media era «Mons Sancti Michaeli in periculo mari». Esta isla es igualmente el centro natural, a falta de ser el centro geográfico, del pueblo de Monte Saint-Michel, perteneciente al cantón de Pontorson, en el departamento francés de la Mancha.

La arquitectura prodigiosa del monte Saint-Michel y su bahía lo hacen el sitio turístico más concurrido de Normandía y uno de los primeros de Francia, con unos 3.200.000 visitantes cada año. Una estatua de San Miguel colocada en la cumbre de la iglesia abacial se erige a 170 metros por encima de la orilla. Los numerosos edificios del lugar son clasificados, individualmente, en calidad de monumentos históricos (la iglesia parroquial desde el 1909, por ejemplo) o inscritos en el inventario suplementario de los monumentos históricos.

Declarado monumento histórico en 1862, el Monte Saint-Michel figura desde 1979 en la lista del patrimonio mundial de la Unesco. En la declaración de la UNESCO están incluidos también la bahía y el antiguo molino de Moidrey, situado a unos cuatro kilómetros tierra adentro

Geografía

El monte Saint-Michel está situado a 48°38'10" de latitud norte y a 1°30'40" de longitud oeste, bañando su bahía el océano Atlántico. El islote tiene cerca de 960 metros de circunferencia y es de una superficie de aproximadamente 280 hectáreas, mientras que el peñasco se eleva a 92 metros de altitud.

El bosque de Scissy y la invasión del mar

En tiempo de los galos, el monte Saint-Michel, igual que el peñasco de Tombelaine vecino, se elevaban "en medio del bosque de Scissy, porque en aquella época, la orilla rodeaba Chausey, a más de 48 kilómetros de distancia". Este bosque de Scissy probablemente es un mito y no hay ninguna prueba de su existencia.

El nivel del suelo cercano quizás se hundió, engullendo el bosque de Scissy a partir del siglo III; según un manuscrito del siglo XV, la marea de equinoccio de 709 fue particularmente violenta y dio el golpe de gracia al bosque.

Las crecidas de los ríos

El monte sufrió luego por las crecidas de los ríos que inundaban la bahía del monte Saint-Michel, sean el Sélune, el Sée y, sobre todo, el Couesnon que, marcando la frontera entre Normandía y Bretaña, se puso repentinamente en el siglo XV a fluir al oeste del monte, haciendo así pasar a este último a Normandía.

Todavía esto es una leyenda que divierte a los habitantes fronterizos; actualmente Couesnon no define la frontera entre Normandía y Bretaña, frontera que se sitúa a algunos kilómetros al oeste de Couesnon. Un viejo dicho local recuerda este acontecimiento: «Le Couesnon dans sa folie mît le mont en Normandie»

Las mareas

Las mareas espectaculares de la bahía contribuyeron mucho a hacer del monte una fortaleza inexpugnable. Durante siglos únicamente era accesible por vía terrestre en los momentos de marea baja, y por vía marítima cuando la marea era alta. Actualmente se puede acceder a la abadía en todo momento gracias a la carretera que lleva a los pies de la roca.

El dique

Al filo de los años, la bahía del monte Saint-Michel estuvo sujeta a la polderización por parte de sus propietarios ribereños. La acción más notable en este sentido fue la construcción en 1880 de un dique insumergible por los "Caminos, Canales y Puertos", a pesar de la oposición de autoridades diversas. Este dique precipitó el enarenamiento de la bahía, y convenía demolerlo, con el fin de parar este enarenamiento que amenazaba la insularidad del monte. Un nuevo proyecto para desarenar la bahía está en curso, y entre otras cosas la carretera será reemplazada por un puente.

Historia

Los druidas

Algunas tribus célticas ocuparon el bosque de Scissy en los alrededores del monte Saint-Michel y se acercaban a él para entregarse a sus cultos druídicos. Según el abad Gil Deric, historiador bretón del siglo XVIII, el peñasco fue dedicado bajo el nombre de "Mi vel Tumba Beneni", "Monte o Tumba de Belenus", el dios galo del sol. En estos tiempos ya existía un gran megalito, y los galos emplazaron un cementerio a su alrededor.

Los romanos

Los romanos lo denominaron Puerto Hércules. y con su llegada provocaron la construcción de vías romanas que surcaban la Armórica, y una de ellas, que unía Dolo con Fanarfmers, pasaba al oeste de Mons Belonus; sin embargo, debió ser desplazada hacia el este con la invasión del mar, que acabó por hacerla desaparecer, uniéndose con la vía que pasa por Avranches.

Comienzos de la era cristiana

El cristianismo hizo su aparición en Armórica hacia el siglo IV.El primer oratorio, dedicado a San Esteban, fue elevado a media altura en el Monte Tumba. Luego el segundo en honor de San Sinforiano (el primer mártir de las Varas) se erigió al pie del peñasco, de estilo merovingio. Unos ermitaños velaban sobre los lugares y eran abastecidos por el cura de Astériac (Beauvoir).

Los orígenes de la abadía actual deben situarse en torno a los siglos VIII o IX. Según la leyenda, en 708, un obispo de Avranches llamado Aubert habría construido un oratorio dedicado al arcángel San Miguel, tras habérselo pedido personalmente el arcángel en tres apariciones sucesivas.

Fundación de la abadía benedictina en el año 966

El reinado de Carlomagno aportó a Neustria una era de estabilidad, que terminó con la muerte del Emperador, dando lugar a un período de anarquía y de grandes desórdenes, particularmente con las invasiones de los normandos, especialmente Rollon que devastó la región en 875.

El tratado de Saint-Clair-sur-Epte (912) le dio a Rollon la legitimidad, elevándolo en calidad de conde de Ruán, con la condición de convertirse al cristianismo. Tras este hecho, reparó el mal que había causado en el momento de sus pillajes y compensó ricamente a los monjes que había ahuyentado. Su hijo, Guillermo Longue-Épée, le sucedió en 917 y fue igual de generoso con los monasterios, hasta su asesinato en 942. Su nieto, Ricardo I "Sin Miedo", se indignó en el momento de sus peregrinaciones frecuentes al Monte por la pasividad de los canónigos que delegaban su culto a pasantes asalariados. Obtuvo entonces del papa Juan XIII un permiso a través del cual se consagró en la autoridad para poner orden.  En los subterráneos de la abadía se han encontrado restos megalíticos de los celtas. En el siglo XI sólo había una cincuentena de monjes, que son los encargados de construir albergues para los peregrinos.

Siglo XIII

En 1204, guerreros bretones dirigidos por Guido de Thouars incendiaron el Monte Saint-Michel. El rey Felipe Augusto II dio una buena cantidad de dinero para la reconstrucción del monasterio. El nuevo monasterio de la Maravilla fue terminado en 1228 en estilo normando. En este siglo, las luchas entre bretones, normandos e ingleses provocaron la destrucción de los albergues, lo que da lugar a que se fortifique el enclave para que no vuelva a ocurrir.

Guerra de los Cien Años

Se mantuvo inexpugnable, ya que los ingleses no pudieron conquistarla a pesar de sus continuos ataques. El estilo gótico flamígero prolifera en las construcciones de esta época. Hay una crisis económica y la abadía entra en ruina.

Siglos XVII y XVIII

En 1622 miembros de la heterodoxa congregación de San Mauro hacen renacer el enclave gracias a sus reconstrucciones, que dan como consecuencia que vuelva a haber peregrinaciones. Los miembros de grupos esotéricos dedicados a la alquimia y a los avances científicos se reúnen aquí. La casa real francesa vuelve a abandonar el lugar a causa de la recomendación de los más conservadores de la Iglesia. Sólo se encontraban una docena de monjes y muchos edificios amenazaban ruina.

Las prisiones de la abadía

En 1791, los últimos benedictinos dejan la abadía a consecuencia de la Revolución Francesa. Se hace entonces una prisión donde son encarcelados, desde 1793, más de 300 sacerdotes que niegan la nueva constitución civil del clero.

Un dispositivo de telégrafo óptico (sistema de Chappe) estuvo instalado sobre la cumbre del campanario en 1794, haciendo así del Monte Saint-Michel un eslabón de la línea telegráfica París-Brest. En 1817, en respuesta a las numerosas modificaciones efectuadas por la administración penitenciaria, la hostelería edificada por Robert de Torigni es demolida.

Viollet-le-Duc visita el monte en 1835. Después de la detención de socialistas en el Monte (Martín Bernard, Barbès y Auguste Blanqui), artistas diversos, entre ellos Víctor Hugo, denuncian la abadía-prisión. La prisión fue cerrada en 1863 en respuesta a un decreto imperial.