sábado, 2 de agosto de 2008

PARAISO CERCANO

Rota el Alma, vive el sueño

y el paraíso cercano lo invade.

No decir nada, sólo sentir.

Vasto amanecer ilumina el camino,

deshace el pasado soñoliento, difuso.

Lucidez austera, serena;

sendero hollado nunca acabado,

siempre tranquilo franqueado de almas claras.

No hablar nada, sólo amar esencia y pureza;

donde los sueños lucen sin fin.

Paraíso cercano, consuelo sincero;

refugio de almas marineras, errantes;

abrazo materno, sosiego de muchos.

Lleguemos allí donde el tiempo es eterno;

las penas se ahogan, las tristezas naufragan.

Paraíso cercano de felicidad eterna.

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Es hora ya de levantar el vuelo,
corazón, dócil ave migratoria.
Se ha terminado tu presente historia,
y otra escribe sus trazos por el cielo.

No hay tiempo de sentir el desconsuelo;
sigue la vida, urgente y transitoria.
Muda la meta de tu trayectoria,
y rasga del mañana el hondo velo.

Si el sentimiento, más desobediente,
se niega al natural imperativo,
álzate tú, versátil y valiente.

Tu oficio es cotidiano y decisivo:
mientras alumbre el sol, serás ardiente;
mientras dure la vida, estarás vivo.

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Ahora que tengo lo que siempre anhelé,
hoy que llevo en volandas mi tortuosa prisión,
en este preciso momento en el que las rejas se vuelven etéreas
envolviéndolo todo con violáceas orejas de triunfo y difusos
recuerdos,
pierdo irremediablemente lo que tuve,
me saco los ojos intentando distinguirte pero entre aire y tormentas
te empeñas en fundirte como cera sumando una más a la lista de
perdidas batallas,
dejando que dé mi último paso antes de rendirme,
rendirme al pasar de los segundo, de los minutos, de las horas, de los años,
colmado de satisfacciones abrazar la tirsteza, trasegar con vientos
y recuerdos forjados por mi, siempre en soledad.
¿Sugieres que embree mis pies clamando de puerta en puerta?
¿Quieres ser carcajeante testigo de mi decadencia?
No daré pie a que mi fracaso sea algo palpable,
ya estoy preparando mi entrada triunfal en ti,
yo también seré cera,
me fundiré contigo en un insoportable beso,
un cariño que pasará tan desapercibido
como desapercibidas pasan nuestras vidas cuando
nada somos,
el beso de la nada ha de ser mi beso...
puesto que la nada soy.