viernes, 26 de agosto de 2011

MUERTE EN VENECIA (1971)

Mahler, Mann, Visconti

Muerte en Venecia es una obra de arte ya que sólo hay un camino, la búsqueda de la belleza absoluta, idea que todo artista intenta plasmar al final de su proceso de creación. Pero la obra de Thomas Mann y de su posterior representación en el cine llega a lugares insospechados pero gratificantes: el devenir del tiempo, la juventud y la vejez, sucesos vitales que marcan toda existencia, de ahí la creación artística como un deseo de alcanzar la inmortalidad que se nos escapa en nuestra vida real y racional.

El film de Visconti es reflexivo y contemplativo, respetando el espíritu de la obra literaria. La decadencia invade toda la obra fílmica y literaria, y no hay mejor lugar para recrear ese ambiente que la deteriorada, brumosa y poética Venecia.

Pero también muestra la decadencia de una burguesía conservadora y de una aristocracia declinante y ampulosa. Sociedad que conoce muy bien Visconti y donde el barroquismo está perfectamente representado en los ambientes arquitectónicos y en los ricos ropajes de los personajes.

El enamoramiento platónico de Gustav Von Aschenbach por el joven Tadzio que contrastará con la decrepitud que sufre la ciudad producida por la peste que corrompe toda existencia. No es un simple deseo homosexual: es la fascinación del hombre maduro por la belleza y que descubre en la última etapa de su existencia.



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