Los opuestos se tocan
“Los duelistas” no es una novela histórica. El imperio Napoleónico, su génesis, auge y decadencia; su posterior época, la Restauración, son el marco ambiental donde se desarrolla esta enigmática y misteriosa aventura entre dos personalidades diferente y contrapuestas, D’Hubert y Feraud.
Historia épica que se hace interminable en el tiempo y que se convierte en un duelo sin fin, obsesivo, obcecado. Duelo que desembocará en un orgullo y en una envidia entre dos oficiales del mismo ejercito.
El relato corto de Conrad, el escritor se centra en las motivaciones y los sentimientos de sus protagonistas, Feraud (meridional, impulsivo, rencoroso, violento,... un cabezota en toda regla) y D’Hubert (norteño, reflexivo, sensible,... más atrayente como ser humano) sólo coinciden en su amor al ejercito y a Napoleón ya que son arquetipos opuestos.
Ridley Scott exprimió el jugo de este relato corto hasta su último gota. Su calidad visual recuerdo al maestro Kubrick en su obra maestra "Barry Lyndon". Cada fotograma nos remite a los cuadros de pintores británicos del siglo XVIII. Y en cuanto a la narración no excede el tiempo marcado en la obra escrita en negro sobre blanco, salvando las distancias entre el tiempo fílmico y el tiempo literario.
Metáfora sobre lo inútil de las guerras, de las luchas. ¿Cuál es la causa del inicio de un enfrentamiento?, ¿A qué se debe?.
Dos personalidades enmarcadas en un contexto histórico que sirven al escritor y al realizador para explorar el alma humana.
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